Hola! Estamos de regreso.

Fui unos dìas de vacaciones a encontrarme con mis niñas, fue muy duro tener que dejarlas de nuevo, probablemente hable de eso en los pròximos dìas.

Yo siempre he creìdo que un regalo hecho por ti mismo vale màs que lo màs caro y fino que puedas conseguir, en especial si cada movimiento de tus dedos va a compañado con un pensamiento dulce del ser a quien va dirigido...

Asì que conseguì tela y materiales coloridos y decidì hacer ratoncitos rellenos de catnip y una cobijita para la cama de las niñas, Ani me ayudò en todo momento y a cada corte o puntada yo le platicaba algo de sus hermanas, le decìa cuanto las amaba y sonreìa al pensar en su reacciòn al volverme a ver y recibir sus regalos.



La verdad es que a las niñas no les emocionan mucho los juguetes, como viven en Cancùn y frente a mi casa hay un terreno enorme selvàtico del cual se podrìa decir que son dueñas ^^, les llama màs la atenciòn perseguir hojas con el viento o cazar libèlulas y ratoncillos. Actualmente son 4 gatas y se tienen unas a la otras para jugar entre ellas; eso hace que los juguetes pierdan mucho interès para ellas pero aùn asì nunca le hacen el feo a una buena cacerìa.


Aqui Toto se lanzaba a los ratoncitos mientras Mina la seguìa con curiosidad. Como no terminè la cobija a tiempo no pude tomarles fotos con ella pero les fascinò recibir algo mio; es como si supieran todo el amor que iba en ella.


Ojalà tuviera màs fotos pero estando con ellas despuès de dos años sinceramente estar tras una càmara fue lo ùltimo en lo que pensè... eso si, les traigo muchas, muchas anècdotas.



Nos vemos =^.^=

1 tecleos de patitas:

J. A. Méndez dijo...

El amor de un gato o mejor aún, de 4 gatos, es casi lo mejor del mundo, tan difícil de conseguir como incondicional cuando lo tienes, un lazo indescriptible.

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