La peor noche de mi vida (parte 1)

Hace unas semanas mi dueña y el niño que no para de hablar estaban conversando animadamente del cuervo de Poe mientras mi dueña agitaba su cuervo de peluche diciendo: nunca màs, nunca màs. El niño se carcajeaba, mi dueña le gritaba a su mamà que se le hacìa tarde para el trabajo y su madre se regresaba una y otra vez por alguna cosa olvidada.


-Desde que nos mudamos a ese lugar me causan mucha curiosidad los ruidos del pasillo. Todo lo que ocurre detràs de la puerta me parece un fascinante motivo de investigaciòn y por lo mismo me desespera muchìsimo que mi dueña siempre me diga: Metete Anakin! No querràs ir a dar con un vecino que envenene gatos o amanecer en la nevera de un taquero. Nunca me deja salir!!!-


¿Que otra cosa podrìa hacer yo cuando la puerta estaba abierta, todos hacìan escàndalo y mi dueña estaba distraìda apurando a su madre? Aprovechè la oportunidad por salir por la puerta y correr sin que me vieran.

Huì hacia la aventura hasta que encontrè un perro que se me lanzò encima y tuve que refugiarme en el primer lugar que encontrè; un àrbol enorme.

Trepè hasta quedar a salvo del perro, trepè un poco màs por curiosidad, trepè un poco màs para probar mis uñas, me volvì para calcular la distancia del suelo y planear mi salto pero ya era demasiado tarde, habìa trepado demasiado... Seguì trepando pues al llegar a las primeras ramas era màs probable poder saltar a la ventana de mi casa, pero ya estando ahì notè que ni con el salto màs grande alcanzarìa. Decidì esperar. Tarde o temprano llegarìa mi dueña y ella sabrìa que hacer...


Finalmente llegò de trabajar, desde el àrbol escuchè el ruido de la puerta y su saludo de siempre: Ya lleguè Señor Gato. Dijo algo de un dìa pesado, algunas malas palabras respecto al mèdico y la clìnica dònde trabaja, dijo algo de llegar muerta y necesitar desesperadamente una copa de vino tinto y alguna pelìcula de zombies. La oì llamarme tres o cuatro veces màs, la oì perder la paciencia y abrir todas las puertas y cajones de la casa, incluso el refrigerador.

-Estoy aqui.
-Aniiiiiiiiii. Donde te has metido??? Te saliste??? Aaaannnniiii.
-Aqui fuera, en el àrbol.


La escuchè bajar de prisa al estacionamiento y empezar a llamarme, parecìa que me buscaba debajo de cada coche y que maldecìa cada que descartaba uno tras otro.

-Nini, mi amor. Donde estas?
-Aquiiiii, en el àrbooool. Estoy aqui!!!!!!


La escuche subiendo las escaleras de los cinco pisos a toda velocidad, detenerse en la azotea y gritar nuevamente:

-Anakin! Estas aqui??? No puede ser, donde estas?
-Aquiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!
-No me hagas esto!!! Eres lo ùnico que me queda, si te vas me volverè loca!!!
-Ya estas loca, no hagas tus dramas. Estoy aqui en el àrbol, tengo hambre y ya me cansè!!!
-Ani? Eres tu??? Te oigo cerca! Donde estàs bebè???
-Estoy AQUIIIII!!! Te estoy esperando, bajame de aqui, tengo hambre, me asustò un perro.


La escuche bajar y correr hacia la calle gritàndome.

-Donde estas??? Nini!!!
-Aquiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii... AQUIIIII!!!

Subiò la mirada siguiendo mi maullido y al encontrarme gritò enojada, confusa pero con muchìsima alegrìa:

-Que rayos haces ahi Anakin??? Como demonios te saliste???
- Por la puerta principal debajo de tus propias narices.
-Puedes saltar hacia la azotea del vecino, estas cerca! Anda gato menso!!!
- Mensa tu, estas haciendo el càlculo terriblemente mal. No estoy cerca y NO voy a saltar.

La vi voltear para todos lados, la vi intentar subir abrazando el àrbol, la vi tocar la puerta de al lado y suplicarle a la señora que la dejara subir a su azotea... Casi llora desconsolada cuando le dijeron que no la dejarìan entrar. Un sujeto extraño subiò a esa azotea; desde ahi al àrbol puso una tabla super estrecha por la cual supongo esperaba que cruzara. Me llamò con una voz aguardientosa y golpeò el àrbol con la tabla... Me asustè mucho con el movimiento y subì un poco màs. Mirè hacia abajo dònde mi dueña me gritaba desesperada:

-Cruza amor, intentalo.
-No puedo, es muy estrecha, esta muy alto y el tipo me da miedo.

Ella suplicaba que la dejaran subir para darme confianza, suplicaba que le prestaran su escalera, marcaba nùmeros telefònicos de manera histèrica y se le oìa quebrar la voz cada que era rechazada en todos ellos.

-Ani, cruza! Los bomberos no me quieren ayudar. No se que hacer. Ani por favor cruza!
-En serio no puedo! Ayudame! Lamento haberme salido y trepar aqui, no lo vuelvo a hacer pero ayudame!!!


La vi suplicar nuevamente a los dueños de la casa. Al fin la dejaron pasar pero por un pasillo oscuro, subir por una escalera inmunda y peligrosa. Estuvo a punto de caer y yo me sentì muy mal. Querìa cruzar esa tabla, llegar con ella y olvidarnos de todo. Al llegar tomò la tabla con dificultades pues era muy pesada, la colocò en el àrbol y me pidiò que cruzara. Me daba muchìsimo miedo, pero sabìa que ella no dejarìa que me pasara nada, ademàs anhelaba llegar a sus brazos. Estirè una de mis patitas y la posè sobre la tabla. Ella estaba haciendo mucho esfuerzo por el peso asì que me decidì a hacerlo ràpido; justo en ese momento un fuerte viento sacudiò el àrbol, moviò la tabla y aterrado me aferrè con las uñas y subì un poco màs.

Ella volviò a bajar por la horrible escalera, volviò a marcar desesperadamente a algunos nùmeros, volviò a intentar subir abrazando el àrbol. Empezò a llorar con muchìsima tristeza...
Continuará...

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